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ECONOMIA Y VARIOS-RECOPILACIÓN

Una historia para no olvidar

Desde marzo del 2000, momento en que se produjese el máximo histórico en los mercados de renta variable, no hemos dejado de leer artículos firmados por todo tipo de analistas de todas las casas nacionales e internacionales con signo marcadamente posibilista. En este sentido, las recomendaciones de la mayoría de “profesionales” del sector a lo largo de los tres últimos años, dado el nerviosismo manifestado por la enorme masa de participes de fondos de inversión en renta variable, ha sido la de aguantar el tipo ante el riesgo de estar cerca del “mínimo”.

“La bolsa es el activo financiero que históricamente mejores retornos ofrece al inversor a largo plazo”...parece ser la máxima en que se escudan la mayoría de estas recomendaciones.

Algo sobre lo que quizá no se ha escrito demasiado es sobre la edad y años de experiencia de la mayoría de profesionales que existen en el sector de las finanzas en estos momentos. La mayoría de analistas y gestores de inversiones de la actualidad (entre los cuales me incluyo), acudimos al sector durante el “Boom” desatado por la industria de fondos a principios de los años 90, probablemente de media no superamos los “treinta y pocos” años y lo único que hemos vivido ha sido el mayor ciclo expansivo de la renta variable de todos los tiempos.

Quizá lo que nos pierde es la falta de perspectiva histórica. Muy pocos echamos la vista atrás lo suficiente como para llegar a hacer un análisis que nos permita obtener una perspectiva clara de lo que tenemos delante, basándonos pura y simplemente en lo que ha ocurrido en momentos similares a lo largo de la historia ...y curiosamente los pocos que nos tomamos la molestia de hacerlo somos quienes no nos limitamos a analizar balances de compañías para tratar de hacer estimaciones de sus beneficios venideros y fijar en base a los mismos precios objetivo para las mismas y en última instancia para los índices en los que cotizan. Este es el gran error del que ha adolecido el sector a lo largo de su historia y que tan solo se pone de manifiesto en momentos como el actual. Como ejemplo de lo que quiero transmitir sirva la siguiente estadística:

Durante el periodo 1974/2000 asistimos al mayor mercado alcista secular de la historia. Si volvemos la vista atrás, a lo largo del presente siglo hemos asistido a 3 movimientos alcistas seculares (1921-29, 1942-66 y 1974/2000). Estos 3 movimientos alcistas generaron más del 100% del retorno total de la bolsa en los últimos 104 años. Es decir, en 1/3 del tiempo se generó más del 100% del retorno total del mercado, lo cual equivale a decir que 2/3 partes del tiempo el mercado se mantuvo o lateral o bajista. Que les digan, por tanto, eso de que “la bolsa siempre sube” a los ahorradores americanos que colocaron su dinero en el mercado en 1929 y que lograron tan solo “recuperar” lo invertido ya entrada la década de los 50 (más de 20 años después), o a aquellos que hicieron lo propio a finales de los 60 y no vieron un centavo de beneficios hasta principios de los 80 ...por no nombrar a aquellos que invirtieron en la bolsa japonesa a finales de 1989 y que llevan 14 años viendo como se diezman sus ahorros. Esta falacia/ demagogia viene alimentada por la misma simplista estadística por la que podríamos justificar que los precios de los alimentos, los coches y sobre todo las viviendas siempre suben a largo plazo. Es decir, esa engañosa realidad estadística que dice que la serie de cotizaciones bursátiles sigue una distribución “lognormal”.

Ahora bien, mi pregunta es ¿acaso no se han vivido momentos deflacionistas en la historia?. Hombre, cuando el término existe será por algo.... de igual forma que han existido largos periodos de tiempo en que los precios de las viviendas y “los bienes” en general no hacían sino caer.... existen largos periodos de tiempo, en que las cotizaciones bursátiles hacen lo propio llegando a tardar décadas en recuperar el terreno perdido.

Lo que lleva ocurriendo desde marzo del 2000 no tiene precedentes en ninguna de las correcciones sufridas a lo largo de las últimas dos décadas y por tanto, para tratar de ganar perspectiva sobre la situación no podemos remontarnos a ninguno de los momentos vividos en este periodo de tiempo.

La primera referencia histórica en cuanto a duración de la crisis la tenemos en la ocurrida durante los 70, pero (salvo el repunte en los precios del crudo), las características de aquella crisis nada tienen que ver con la situación de la que venimos y mucho menos, por tanto, a la que nos dirigimos.

La pregunta que a estas alturas debemos hacernos es ¿nos encontramos al borde de una depresión económica o se trata simplemente de una más de las 17 recesiones cíclicas por las que hemos pasado desde el año 1933?.

Para buscar las pistas que nos lleven a responder a esta pregunta debemos, de nuevo, remontarnos a la historia.

Las grandes depresiones económicas del último siglo (sin duda la sufrida por la economía americana entre 1929/42 y la actualmente en curso de la economía japonesa), han venido precedidas de dos patrones de comportamiento entre economía y mercados bursátiles muy similares.

Robert R. Prechter en su libro “Conquer the Crash”, divide la evolución del mercado bursátil americano (Dow Jones) desde principios del siglo pasado en tres grandes ciclos expansivos (1920-29, 1942-66 y 1974-200), que responden al famoso principio de Ondas de Elliott. Según este principio los mercados se mueven siguiendo un patrón de comportamiento que responde a lo siguiente: un ciclo alcista dividido en 3 movimientos expansivos (ondas I, III y V) y dos intermedios de corrección (ondas II y IV), y un posterior ciclo bajista que se subdivide en 2 movimientos bajistas (ondas A y C) y uno de corrección alcista intermedio (onda B).

Pues bien, desde 1942 a 1966 (onda III), el índice Dow Jones subió un 970%, frente a una subida del 1930% entre 1974 y el 2000 (onda V). Lo que sorprende es que a lo largo del segundo periodo los fundamentos de la economía americana fueron considerablemente más débiles que durante el ciclo expansivo precedente (el PIB creció a una media anual del 3.2% frente a una media del 4.5% anterior, la producción industrial creció a un ritmo del 3.4% frente al 5.3% anterior, la capacidad de utilización instalada de las compañías se aprovechó a una media del 84.4% frente al 91.5% anterior, la tasa de desempleo medio se situó en el 6.6% frente al 4.9% anterior, La Deuda Pública se situó en el 58.3% frente al 43.9% anterior, la deuda de los consumidores ascendió al 97% de sus rentas disponibles frente al 64% anterior, el Déficit por Cuenta Corriente asciende a 96.200 millones de dólares frente a un superavit de 1.300 en el periodo anterior, actualmente los Estados Unidos tienen una deuda neta con el resto del mundo de 2 billones (españoles) de dólares, tras haber sido prestamista neto en el ciclo anterior, ...y un largo etc de indicadores que apuntan en la misma dirección.

Este mismo patrón, nos guste o no, tiene solo dos precedentes en la historia:

1.- El que precedió a la gran depresión económica iniciada en 1929 (la burbuja bursátil entre 1920 y 1929 fue muy superior al anterior ciclo expansivo bursátil mientras que los fundamentos económicos sobre los que se sustentaba fueron considerablemente más débiles).

2. La actual depresión económica vivida por la economía japonesa. Sirva como ejemplo que durante el ciclo expansivo bursátil 1955-73 el PIB japonés creció a una media anual del 9.4%, mientras que durante la burbuja de los mercados (tanto financiero como inmobiliario), sufrida entre 1975-89 (la mayor de su historia) el PIB creció a una media de tan solo el 4%.

La conclusión a todo esto es que existen serias probabilidades de que nos encontramos al principio de un cambio de tendencia estructural en los mercados de renta variable, que amenaza con profundizar tanto en tiempo como en precios, y cuyo final será imposible de predecir. Entre tanto, seguiremos moviéndonos dentro de la tendencia bajista y albergando falsas esperanzas en cada uno de los rebotes técnicos que se producen dentro de la misma. Ante este panorama, y a pesar de que puedo pecar de oportunista dadas las circunstancias actuales, mi recomendación para aquellos que aun no han invertido en bolsa y que invierten con un objetivo de medio/largo plazo es que sigan permaneciendo fuera y para los que están “pillados” dentro... que intenten salirse en alguno de los rebotes cíclicos que pueden y deben producirse en algún momento no muy lejano (puede incluso que este acabe siendo un año netamente alcista).

Quien ante esta situación continué limitando su análisis para predecir el futuro a la estimación de unos beneficios empresariales cada vez más inciertos, estará igual de perdido que un jugador de fútbol que no levanta la cabeza cuando está en posesión del balón.

Por último, me gustaría mencionar un par de cosas: recomendarles a quienes no entienden lo que ocurre actualmente en los mercados la lectura de la famosa “Teoría de la Reflexividad” de George Soros (en su libro “The Alchemy of Finance”), y como no? Remitirme a las declaraciones del famoso inversor americano Warren Buffet, quien calificaba recientemente de verdaderas “armas de destrucción masiva” a los productos derivados, en clara alusión a las escandalosas posiciones que la mayoría de entidades financieras de primera línea del mundo ostentan en derivados de crédito y que amenaza (junto al pinchazo de la burbuja inmobiliaria), en desembocar en una de las mayores crisis financieras de la historia. Ni que decir tiene para los seguidores del análisis técnico que fijen sus miradas en la enorme figura de Hombro Cabeza Hombro de cinco años de gestación que domina el cambio de tendencia a largo plazo en el S&P 500 (y en la mayoría de índices bursátiles europeos), con proyecciones significativamente inferiores a lo niveles de cotización actuales, ...y el dólar haciendo lo propio en su cotización frente al euro (ya sabemos lo que un desplome en dólar llevaría implícito).

En cuanto a la situación a nivel geopolítico, prefiero ni referirme... baste con concluir que desde mi punto de vista existen muchas probabilidades de que estemos ante un cambio importante en el orden mundial, ya sea por motivos políticos o puramente económicos. (No pierdan de vista a los países asiáticos, en especial a China).

Por último, despido esta reflexión recurriendo a la mítica frase de Keynnes que dice: “Los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo de lo que uno puede mantenerse solvente”.... y recordando a quienes aún mantienen una actitud posibilista a medio/ largo plazo aquello de que “bull markets climb on a Wall of Worry, and bear markets slide on a “Slope of Hope”.



Leonardo
leonardo@hispatrading.com



http://www.hispatrading.com/rincondeltrader/articulo.asp?id=1

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